Grupo de Investigación FOKUS  

Doi: https://doi.org/10.31644/ED.V9.N1.2022.A12

Toru Shimizu, el outsider

Ei Kawakami *

Conocí a Shimizu-sensei en 1999, en el tercer año de mi carrera. En Japón los estudiantes en general escogen un “seminario” al tercer año. Cada profesor tiene su seminario y asesora a los estudiantes para que escriban su tesis en dos años. Yo estudiaba en la Facultad de Economía de la Universidad Keio, conocida por ser una de las mejores universidades privadas y de las principales escuelas productoras de la élite japonesa. Muchos profesores tenían conexiones con personas eminentes en la economía y la política del país. Naturalmente la mayoría de mis compañeros buscaban “buenos” seminarios impartidos por esos profesores con conexiones, pensando que con inscribirse en un “buen” seminario conseguirían plaza en alguna compañía de renombre. Sería una mentira decir que yo no buscaba nada de eso al entrar a la universidad, pero a la hora de escoger un seminario había cambiado mi forma de pensar y ya no quería seguir esa corriente. También estaba desanimado de seguir estudiando economía, que me parecía demasiado racional. Quería estudiar algo diferente, algo más humano, estudiar sobre la vida, o estudiar a la gente. Fue entonces cuando conocí a Shimizu-sensei en un curso de Historia social. Habló de los menonitas en México y de cómo podríamos aprender de su vida alejada de la civilización material y reflexionar sobre nuestras propias vidas. Creo que no le entendí muy bien pero me atrapó con su manera hábil de contar historias, que un colega historiador una vez describió como que parecía un actor de kabuki. A través de las historias que contaba, el mundo de los indígenas de México, aparentemente tan alejado del mío, me empezó a interesar y a acercar. Por eso, aunque no garantizaba nada curricular, escogí su seminario.

El hecho de que en la Facultad de Economía estuviera Shimizu, quien se especializaba en la historia de los indígenas de México, puede parecer un poco raro, pero creo que refleja lo poco convencional que ha sido su larga carrera. A Shimizu le gusta decir que es un historiador outsider. La palabra “outsider” normalmente significa “persona no aceptada como miembro de una sociedad o un grupo” o “persona que no forma parte de una organización o profesión”, y la traducción en español sería “forastero”, “intruso”, “marginado”, “profano”, etc. Creo que Shimizu usa la palabra, por una parte, en un modo modesto, es decir, en el sentido de que su carrera inicial no fue Historia sino Lingüística, y que como historiador es autodidacta, por así decirlo.

Shimizu entró en la Universidad de Lenguas Extranjeras de Tokio en 1962. Aunque actualmente en muchas universidades de Japón el español es la lengua más popular como “segunda lengua extranjera” (solo después del inglés, que todos estudiamos desde la secundaria), en ese entonces apenas unas pocas universidades tenían cursos de español. Su universidad fue la primera en abrir un curso de maestría en Español en 1966 y Shimizu fue uno de sus primeros alumnos. Dos años después, cuando terminó la maestría, consiguió una plaza de ayudante en la misma universidad. Si no había tantos cursos de español, tampoco había especialistas en México o en Latinoamérica. Por eso le empezaron a pedir que escribiera de todo, de política, de economía, y de historia. De hecho, los primeros dos artículos que publicó en 1970 se titulan “La economía nacional y la política económica de México”, y “El ambiente político en América Latina”. Así fue como empezó a interesarse por la historia de México, país al que llegó en 1973 para estudiar un doctorado en el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México.

Hubiera sido más convencional si hubiera terminado bien el doctorado y regresado a Japón con el título. Pero no fue así. No conozco los detalles pero, al parecer, tuvo algunos desacuerdos con unos profesores sobre la manera de cómo historiar y no lo dejaron defender bien su tesis sobre los jesuitas en Sinaloa. Podría haber cedido para conseguir el título pero prefirió no hacerlo. Aquí encontramos otra característica de su carrera y quizás lo que realmente insinúa con la palabra “outsider”: no dejarse llevar por la corriente o no doblegarse ante el poder. Shimizu no es de esos investigadores que siempre están ocupados en ajustar sus temas de investigación a las nuevas teorías importadas de Europa o de Estados Unidos ni aquellos que glorifican todo lo que dice una autoridad de su área de investigación.

Lo que pasó con su tesis, en realidad, fue una fortuna para nosotros, porque fue precisamente en ese momento de desilusión cuando se encontró con Juan Pérez Jolote, de Ricardo Pozas. Shimizu cuenta que fue como si el pequeño libro estuviera llamándolo e invitándolo al otro lado de la historia. Desde que escribía la tesis de doctorado solo con los documentos escritos ya sentía frustración de que no le llegaban las voces de los indígenas, quienes habían sido omitidos o, a lo más, descritos como simples objetos en los documentos. El libro de Pozas era una historia narrada por un indígena y le pareció historia real.

Ese verano de 1976 tuvo que irse de México, pero tres años después volvió para ir por primera vez a Chiapas a buscar a la familia de Juan. Así empezaron sus visitas regulares a la región, que continúan hasta la actualidad. En la segunda visita en 1981 conoció a Lorenzo, hijo de Juan, y en la siguiente en 1983 le hizo una entrevista extensa, lo que resultó en su primer libro publicado en japonés, Los que convirtieron la Coca en agua sagrada (1984). El libro consiste en dos partes: la traducción del libro de Pozas, es decir, la historia oral narrada por Juan, y la otra narrada por Lorenzo. Las dos partes nos presentan la historia de México vista por los indígenas y bastante distinta a las historias donde solo son protagonistas los revolucionarios o héroes nacionales. Pero un detalle interesante es que en la segunda parte aparece el autor de la primera y es mencionado por Lorenzo no tan favorablemente. Shimizu explica, en el epílogo del libro, que no omitió esa parte no para criticar a Pozas sino como una alerta a sí mismo. Ser consciente de la relación entre el investigador y el investigado o entre el autor y el “objeto” es otro de los méritos de sus trabajos. Por querer saber de la vida de los indígenas, o por querer escribir un buen libro, ¿no los estamos tratando como un objeto más de la investigación? ¿No los estamos utilizando nada más? Creo que también se trata de ser conscientes de que somos “outsider”, intrusos, para la sociedad que investigamos. En ese sentido, Shimizu, que se enorgullece de ser un historiador “outsider”, en el sentido de que no se deja llevar por la corriente principal, siempre ha sido consciente de ser un intruso, “outsider”, para el pueblo de su amigo, Lorenzo, y tal vez por lo mismo lo han aceptado.

Shimizu siguió visitando Chiapas y entrevistando a Lorenzo y a su familia. En 1988 publicó su segundo libro, La ira de El Chichonal. Esta vez, en vez de que Lorenzo hiciera la narración, él mismo narró la historia moderna de México, pero basada principalmente en el trabajo de campo y las historias orales de los chamulas. Tiempo después, las circunstancias no le permitieron seguir publicando libros al mismo ritmo, pero en 2013 publicó un largo artículo titulado “Los mayas que cruzaron el desierto: la frontera colonial sacudida”, donde el protagonista es Juanito, nieto de Lorenzo, quien cruzó la frontera y se encuentra ahora en Nueva York. De tal manera que ha escrito una historia sobre México y Estados Unidos, vista por cuatro generaciones de una familia chamula.

A pesar de que se trata de una historia bastante peculiar, la de una familia indígena de México, tan lejos y ajena de Japón, sus trabajos han sido recibidos amplia y favorablemente en Japón. Eso lo ha llevado a la publicación de la edición aumentada de La ira de El Chichonal (2020), y dos libros nuevos: América Latina a través de 500 años. El torso de su historia (2017); 40 años visitando un pueblo indígena (2020). Creo que su éxito es gracias a la alta calidad de la narración y al constante intento del autor de conectar las microhistorias al contexto más amplio o a la macrohistoria. Espero que con la publicación, por primera vez, de la traducción en español de una parte de su primer libro, en México también conozcan su narrativa y sus análisis de la historia y que también en un futuro se traduzcan otras obras suyas.

*Toru Shimizu, profesor emérito de la Universidad Keio, Japón, ex-presidente de la Asociación Japonesa de Historia Oral (JOHA), y autor de los siguientes textos, entre otros:

1984: Ricardo Pozas & Toru Shimizu, Koora wo seinaru mizu ni kaeta hitobito – mekishiko indio no shougen [Los que convirtieron la Coca en agua sagrada. Testimonio de dos generaciones de una familia chamula], Editorial Gendai-Kikakushitsu, Tokio.

1988: Eru Chichon no ikari: mekishiko ni okeru kindai to aidentiti [La ira de El Chichonal: la modernidad en México y sus identidades], Editorial Univ. Tokio.

1990: “‘Uchinaru kouya´ to toshi no indioka’ - chuuou amerika ni okeru kindai to zaichi no minshuu” [‘El desierto interiorizado’ y la indigenización de los centros urbanos], en Rekishigaku Kenkyu (Jounal of Historical Studies), Vol. 613, noviembre (pp. 16-29).

2006: “Fiirudowaaku to rekishigaku” [Investigaciones del campo y la historia], en Rekishigaku Kenkyu (Jounal of Historical Studies), Vol. 811, febrero (pp. 11-19).

2007: “Ooraru hisutorii no chihei” [Una perspectiva de la historia oral] en Academia Japonesa de Ciencias, Gakujutsu no doukou [Logros recientes de las ciencias], marzo (pp. 24-31).

2013: “Sabaku wo koeta maya no tami. Yuragu koroniaru furontia” [Los mayas que cruzaron el desierto: la frontera colonial sacudida] en Hideki Masutani, Chizuko Tominaga, Toru Shimizu (coeds.), Orutanativu no rekishigaku [Historia alternativa], Editorial Yuushisha, Tokio (pp. 201-290).

2017: Raten amerika 500nen. Rekishi no torusou [América Latina a través de 500 años. El torso de su historia], Iwanami-Shoten, Tokio.

2020: Zouho Eru Chichon no ikari: mekishiko kindai to indio no mura [La ira de El Chichonal, aumentada y revisada: la modernidad en México y la comunidad indígena], Iwanami-Shoten, Tokio.

2020: Indio no muragayoi 40nen [40 años visitando un pueblo indígena], Iwanami-Shoten, Tokio.

* Mtro. en Estudios Regionales, profesor-investigador Universidad Keio, Tokio, Japón. Correo-e: kawak@keio.jp.