La organización de los jóvenes músicos independientes de rock de la Unión de Músicos de Avellaneda —Argentina— y su vínculo con el Municipio entre 2012 y 2017

Rock Musician’s Union of Avellaneda, Argentina: Its Organization and Relationship with the City Council, 2012-2017

Valeria Lucía Saponara Spinetta[*]

Resumen: El artículo aborda el vínculo entre los jóvenes músicos independiente de rock de la Unión de Músicos de Avellaneda y el Municipio de la localidad homónima, ubicada en la zona sur del conurbano bonaerense —Buenos Aires, Argentina—, durante el periodo 2012-2017. Dicho proceso se emparenta con un nuevo tipo de relación entre el rock y el Estado; y con la innovadora organización y movilización que asumen los jóvenes músicos independientes con el fin de mejorar su actividad —en un contexto de desigualdades de oportunidades que los afecta—. El objeto de este trabajo es explorar, mediante un trabajo etnográfico y de recopilación de datos, los procesos de movilización social, las experiencias organizativas y el compromiso político de los jóvenes músicos de rock de la Unión de Músicos de Avellaneda —UMA—, a través de la relación que establecen con el Municipio. Se sugiere así, la importancia de ligar a los músicos con procesos de militancia político-juvenil.

Palabras clave: rock, estado, municipalidad, militancia.

Abstract: This article addresses the relation between young independent rock musicians from the Musician’s Union from Avellaneda and the Municipality of Avellaneda, located in the southern area of the Buenos Aires’ outskirts, Argentina, during the years 2012-2017. This process articulates with a new kind of relationship between Rock and the State, and the innovative organizational movement that young independent musicians assume in order to improve their activities —in a context of unequal opportunities—. The purpose of this work is to explore, through ethnographic and data compiling analysis, the social movement process, organizational experiencies and political compromise of the young Rock musicians of Avellaneda, through the link established with the city government —municipality—. The importance of relating musicians, and young political militancy is thus suggested in this piece of paper work.

Keywords: rock, state, city govermment —municipality—, militancy.

Introducción

Para comprender el fenómeno de la producción musical es necesario distinguir entre su forma independiente y comercial. Se entiende como producción independiente de la música popular la que circula fuera de la industria, “mediante la iniciativa de sellos independientes, la autoproducción, el mecenazgo público, y también el mercado callejero y la piratería, abordada como un caso de producción independiente y de consumo informal” (González, 2013: 93). En cambio, el mainstream es un producto cultural destinado a una gran audiencia, considerado como “dominante” o de “gran público” (Martel, 2012); en palabras de Frith, es la “música producida para el consumo, para ser rentable, como una forma de emprendimiento comercial” (2006: 137), que proviene “de las compañías discográficas, los programas de radio y los promotores de conciertos” (ídem: 139).

En el mundo actual, las desigualdades, diversidades y movilizaciones, atraviesan a las juventudes. En el rock, los músicos emergentes y/o independientes[1] son los más jóvenes y tienen menos disponibilidad de recursos en el ámbito underground, —en comparación con los del mainstream—, es así que sus posibilidades de difusión, grabación y actividad en vivo son reducidas. Por si fuera poco, la producción de la música independiente en la Provincia de Buenos Aires se realiza en condiciones materiales desfavorables, lo que supone trabajo precario e impago, ausencia de contratos y de seguro social. Estas cuestiones implican que los artistas independientes no puedan vivir de la música ni se reconozcan como trabajadores en tal ámbito, así deben desarrollar otras actividades laborales para obtener ingresos.

Por lo expuesto, muchos de estos jóvenes se agruparon y organizaron (Lamacchia: 2012) en colectivos como la Unión de Músicos de Avellaneda —UMA—, conformada en 2012 en la zona sur del conurbano bonaerense. El desarrollo de UMA se inscribe en el despliegue de los procesos de movilización y organización juvenil en la región. En tanto organización no gubernamental —desde 2014— reúne a músicos independientes de Avellaneda que se movilizan, actúan y articulan con la Municipalidad de la Ciudad —cuyo intendente desde 2009 responde al Frente para la Victoria—[2] en pos de fomentar la actividad musical y mejorar sus condiciones de producción. UMA es parte de la Federación Argentina de Músicos Independientes —FA-MI—, y se articula con entidades creadas a partir de la Ley Nacional de la Música y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

La Ley Nacional de la Música —N° 26.801, aprobada en 2012— establece la creación del Instituto Nacional de la Música —Inamu—, ente público no estatal que actúa en el ámbito de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación y funciona como órgano de fomento, apoyo, preservación y difusión de la actividad musical nacional e independiente.[3]

A su vez, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual —N° 26.522, sancionada en 2009— determina que los medios de difusión privados y no estatales deben emitir 30% de música nacional —siendo la mitad producida de forma independiente— y establece la financiación del Inamu —que corresponde a 2% de lo que recauda la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, AFSCA—. Así, ambas leyes promueven la música nacional e independiente.

Este artículo se propone aportar a la descripción de los procesos de movilización y de organización de los jóvenes músicos independientes de rock, que acontece en un marco donde los artistas acceden de forma desigual a la difusión, grabación y shows en vivo. En este sentido, mediante un trabajo etnográfico y de recopilación de datos, se busca explorar los procesos de movilización social, las experiencias organizativas y el compromiso político de los jóvenes músicos independientes de rock miembros de UMA, a través del vínculo que establecen con el Municipio, durante el periodo 2012-2017. Se considera que la forma de acción colectiva que asume tiene un sentido político, en tanto este colectivo de artistas busca afectar y participar en una construcción social (Bonvillani, Palermo, Vázquez y Vommaro, 2010: 10).

A través de un proyecto exploratorio de corte cualitativo se trabajó con fuentes primarias: entrevistas a jóvenes músicos de rock miembros de UMA realizadas durante el segundo semestre de 2016[4] y el primer semestre de 2017, y secundarias: se revisaron notas y artículos periodísticos publicados entre 2012 y 2017 en los diarios locales laCiudad de Avellaneda, Diario digital El Vigía, Agencia Suburbana, El Sol Noticias. La observación participante atravesó toda la actividad. Se siguió la idea de entrevista etnográfica (Sautú, 1999), se privilegió la exploración y los relatos de los entrevistados y se analizaron sus manifestaciones políticas. En este sentido, se interpretaron expresiones sociales insertas en entrevistas, dado que el análisis de la cultura ha de ser una ciencia interpretativa en busca de significaciones (Geertz, 2000).

A lo largo del artículo se intenta responder al siguiente interrogante: ¿la conformación de este tipo de uniones de músicos tiene que ver con la relación entre el rock argentino y la militancia juvenil políticocultural? Las gestiones kirchneristas[5] resignificaron el vínculo entre el gobierno y sectores de la juventud mediante la reactivación del protagonismo juvenil a través de la implicación pública y política (Bonvillani, Palermo, Vázquez y Vommaro: 2010), el llamado a la militancia y la creación de espacios de participación político-cultural. Es interesante relacionar lo dicho con la innovadora organización que asumen los artistas de UMA con el fin de mejorar su actividad y con el nuevo tipo de relación que entablan con el Estado. Así, durante el kirchnerismo “el rock dejó atrás la actitud contestataria que lo caracterizó como ámbito subcultural y se movilizó, transitó y negoció con el Estado a fin de defender los derechos de los músicos” (Saponara Spinetta, 2016: 102). En tal sentido, en un contexto marcado por desigualdades sociales y procesos de movilización y activismo político-juvenil, resulta pertinente explorar el compromiso político de los jóvenes músicos.

Condiciones desfavorables para los músicos independientes de rock

A nivel mundial, el rock surgió “como una forma musical exclusivamente orientada a la juventud” (Keightley, 2006: 171) y definida por su oposición a lo adulto; representante simbólico de la sociedad de masas. A nivel nacional, desde sus orígenes se caracterizó por oponerse al mundo adulto (Alabarces, Salerno, Silba y Spataro, 2008). Es un movimiento musical que se define por su uso, “música que gusta porque identifica, porque más que escuchas produce colectivos sociales” (Semán y Vila, 1999: 226); y la juventud es el actor social que “usa” dicha música como soporte de su identidad, dado que en la escucha musical, los jóvenes encuentran representaciones con las que se identifican y diferencian de un “otro” (Salerno y Silba, 2005).

Como ya se mencionó, los músicos independientes suelen ser los más jóvenes y con menos disponibilidad de recursos y posibilidades de difusión, grabación y actividad en vivo. Estos/as artistas y/o bandas se caracterizan por poseer poca convocatoria, ya que les cuesta hacer difusión de su trabajo, grabar material de calidad y tocar en vivo de modo regular en lugares habilitados, lo cual responde a la ausencia de managers y/o de los medios económicos para hacerlo, y a la pequeña cantidad de espacios destinados para la actividad musical independiente. A su vez, son el segmento dentro del rock más vinculado con la autenticidad, “se llama ‘auténtica’ [o auténtico] a la música, las experiencias musicales y los músicos que son percibidos como honestos, no corrompidos por el comercio, las modas, las influencias perniciosas, la falta de inspiración, etc.” (Keightley, 2006: 181).

En el rock, el periodo iniciado en el año 2000 está marcado por la tragedia de Cromañón,[6] misma que trastocó la situación de los sitios destinados a la presentación de bandas en Capital Federal y el conurbano bonaerense. Según Corti (2009), implicó la reducción del circuito de locales de conciertos o la limitación de la práctica y circulación de la música independiente. Provéndola (2015) señala que con lo de “Cromañón”, el mayor costo lo pagó la escena del rock, ya que “se ordenó una clausura masiva de salas destinadas a conciertos de rock y la actividad cesó bruscamente”. De igual manera:

Una amplia brecha distinguió a la escena rockera a partir de entonces. La supervivencia se volvió apta para los artistas convocantes, ya que la mayoría de las salas que quedaron en pie eran de gran capacidad. Los que no habían cruzado el Rubicón de la popularidad antes de Cromañón, en cambio, quedaron prontamente marginados ante la escasez de lugares pequeños y medianos, los más afectados por el cierre compulsivo de sitios de rock (Provéndola, 2015: 188).

Como lo expresó Cingolani (2011), el circuito del rock se vio reducido por la implementación de políticas de control, lo que derivó en el cierre de numerosos espacios que no cumplían con ciertos requisitos. Luego de la tragedia, la intensificación de la atención sobre las medidas de seguridad hizo que muchos locales cerraran sus puertas y que otros violaran las normas de seguridad, hundiéndose en la clandestinidad. Estos últimos son los bares y locales más pequeños a los que recurren las bandas independientes. Frecuentemente, estos lugares perjudican a los músicos debido a la ausencia de contratos, de modo que los artistas y los responsables de los locales acuerdan de palabra. Tampoco cumplen con las normas de seguridad y habilitación, y a su vez el sonido suele no ser el apropiado o acordado.

Desde entonces, la falta de lugares impactó de diferentes formas sobre los artistas de rock. Los más convocantes siguieron con sus actuaciones en salas de gran capacidad sin ser perjudicados. En cambio, los músicos y/o bandas independientes —menos conocidos— quedaron excluidos de los pequeños y medianos locales afectados por el cierre y/o clausura masiva. Estas bandas se ven forzadas a destinar un dinero a cambio de tocar —aproximadamente 40 minutos— en bares y locales pequeños, que por lo general no están habilitados para brindar recitales. Es así que, en la actividad en vivo, los músicos no son reconocidos como trabajadores e incluso deben asumir el riesgo empresario mediante el llamado “pagar para tocar” —éste es el arreglo que prima, y que consiste en la venta de entradas por parte de los artistas, quienes si no llegan a “rendir” la cantidad de entradas exigidas deben hacerse cargo de pagarlas—. En este sentido, los músicos independientes sufren situaciones de sometimiento y explotación, debido a la falta de lugares destinados a la música en vivo, la falta de habilitaciones y/o permisos y la relación asimétrica que mantienen con los responsables de los lugares habilitados para tocar.[7]

Según Provéndola (2015), la nueva generación de músicos influenciados por “Cromañón” se vio afectada por la falta de espacios para tocar y comenzó a tender inéditos canales internos de acción y representación, mezclando su impronta artística con demandas de tipo gremial:

La primera experiencia notable fue la de MUR —Músicos Unidos por el Rock—, un colectivo de 160 grupos y solistas que llegó a convocar, en 2005, a casi 20 mil personas en Plaza de Mayo reclamándole al Estado lugares para tocar, apoyo logístico y remuneraciones. Aunque es anterior a la tragedia, la UMI —Unión de Músicos Independientes—[8] multiplicó su representación después de Cromañón y fue el caldo de cultivo de la fallida Ley de la Música, el primer esfuerzo orgánico del rock por intervenir en discusiones políticas más allá de una canción (ídem: 188).

La importancia de la tragedia de Cromañón fue tal para la organización de los músicos que desde entonces tuvo lugar una activa participación en el proceso de debate que concluyó con la redacción de la Ley de Nacional de la Música en 2012 (Lamacchia, 2012). El Proyecto de Ley había sido presentado en el Senado de la Nación en 2010, lo innovador es que fue escrito por los propios músicos, “La ley pretendía regular, estimular y financiar la actividad musical argentina por fuera de los habituales canales de consumo y difusión que ofrece el mercado a través de sus productoras y discográficas privadas” (Provéndola, 2015: 189). Otros procesos muestran a los artistas organizados articulándose con instancias municipales para obtener políticas que mejoren la actividad musical, tal es el caso de UMA que se explora en este artículo.

Vínculos entre los jóvenes y el Estado durante el kirchnerismo

Es necesario contextualizar el origen de UMA y visualizar las condiciones que permitieron su surgimiento, en un escenario donde se revalorizó la política y se reactivó la participación política de los jóvenes. Es de destacar que dicha unión cuenta con el respaldo de la Ley Nacional de la Música, que propone que el músico no debe pagar para tocar —y establece que de lo recaudado por la venta de entradas, el setenta por ciento sea para los artistas y el treinta para el local de música, que debe hacerse cargo del sonido, las luces y los operadores—; y de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que asegura la difusión de música nacional e independiente en radio y televisión, cuestión central dado que la música es dependiente de los medios de comunicación (Frith, 2006; González, 2013).

Según Peirone (2012), varios países sudamericanos viven una rejerarquización de la política e irrupción de los jóvenes. Pérez y Natalucci (2010) expresaron que la muerte de Néstor Kirchner en 2010 hizo que simpatizantes del kirchnerismo se incorporaran a organizaciones militantes. Para Vázquez y Vommaro (2012) tal acontecimiento implicó una incorporación masiva de nuevos militantes a las agrupaciones kirchneristas y representó la vuelta de los jóvenes a la política. Según los autores, el fenómeno de la militancia juvenil kirchnerista tiene que ver con: la apelación a la juventud por parte de las organizaciones políticas kirchneristas; la inclusión que de ellos se hace en la agenda y en espacios políticos; y la apelación y vinculación con la militancia peronista juvenil de los años setenta (ibídem). En la misma línea, Svampa (2011) refirió que esta militancia kirchnerista se reivindica heredera de la generación de los setenta, revaloriza el rol del Estado y apela a lo nacional-popular.

Durante el kirchnerismo se dio un acercamiento entre el gobierno y artistas referente para sectores juveniles. Es de destacar que con el fallecimiento de Néstor Kirchner afloraron los elogios de varios Músicos hacia el ex presidente”.[9] Se evidencia así un cambio entre el rock y el poder, ya que desde sus inicios el rock nacional constituyó una resistencia juvenil, cultural y política (Alabarces, Salerno, Silba y Spataro, 2008) e instaba a rebelarse contra el gobierno. Sin embargo, con el kirchnerismo los músicos de rock tendieron a expresar apoyo y adhesión a medidas y/o a referentes del Frente para la Victoria, incluso mediante la organización en grupos como “Músicos con Cristina”.[10]

La relación política de los músicos con el Estado, durante los gobiernos kirchneristas, permite considerar a estos/as artistas como sujetos activos en la transformación política, social y cultural, en un contexto donde la apelación e interpelación al protagonismo político de los jóvenes que realizó el Estado y la participación política de los “jóvenes” músicos fueron procesos que se relacionaron mutuamente (Saponara, 2016). En este contexto, adhiero a considerar la acción política de los músicos de rock como la capacidad de afectar y participar en una construcción social (Bonvillani, Palermo, Vázquez y Vommaro, 2010).

En el kirchnerismo, la conexión entre los jóvenes músicos y el Estado se evidencia en la creación de la Ley Nacional de la Música y en la participación que estos/as artistas tuvieron en su creación. El proyecto fue impulsado por la Federación Argentina de Músicos Independientes —FA-MI— y recibió el apoyo de referentes de la música nacional. Lo innovador fue que la propuesta de Ley fue escrita y trabajada por los propios/as artistas, lo que según Provéndola (2015: 190), “significó el germen de un nuevo fenómeno: el de los músicos de rock involucrados activamente en discursividades propias de la política”. En este sentido, el vínculo entre rock y kirchnerismo se vislumbra en las prácticas de intervención política de estos/as artistas.

El vínculo con la Municipalidad de Avellaneda fue constitutivo de la creación de UMA, ya que la organización tomó forma en el marco del concurso municipal “Arde Rock”, que en 2012 convocó a bandas de rock “para promover la producción cultural a través de presentaciones en distintos puntos de la Ciudad” (El Sol, 2012). En un comunicado se expuso que el origen de UMA comenzó con la convocatoria del “Arde Rock”, cuando varias bandas se organizaron en reuniones informales, y finalizó en 2013 con la incorporación de más músicos; a su vez, se destaca contar con el apoyo del Municipio en todo lo solicitado (La Ciudad, 2015a).

Los músicos de UMA dijeron que el acercamiento al Municipio —y con el Frente para la Victoria, en general— se debe a que la gestión los incluye en la agenda política y, además, fomenta la actividad musical. Así, se posicionaron como kirchneristas y remarcaron: “La anterior gestión [refiriéndose al Gobierno Nacional de Cristina Fernández de Kirchner] nos dio todo y la de ahora nada nada [en referencia al Gobierno Nacional de Mauricio Macri[11]]. Se ganaron lugares para tocar gracias al kirchnerismo” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, julio de 2016). Sobre el papel de la Municipalidad, un miembro de la Comisión Directiva dijo que: “da apoyo a los espacios culturales […] las distintas expresiones culturales tienen su lugar en Avellaneda, en el caso de la música, una apertura a todos los espacios abiertos y el Teatro Municipal Roma como pico máximo en el escenario local” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, mayo de 2017).

En términos generales, los entrevistados dijeron que apoyan al kirchnerismo debido a sus políticas de inclusión social y de derechos humanos. Destacaron el hecho de que la gestión incentiva la participación política de los jóvenes y fomenta la educación pública, además de que brinda oportunidades a los músicos —al organizar recitales en vivo y apoyar los espacios culturales—. Refirieron: “Las políticas anteriores correspondían más al interés popular. La ley de la Música salió con el gobierno anterior. Eso y darle subsidios a instituciones públicas…” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, noviembre de 2016). Según estos/ as artistas, estas oportunidades tienen que ver con: “Apoyar la actividad […] Poner un escenario en una plaza y llamar a un músico para que toque […] Eso no te lo dan ni en pedo en otro lado […] todo eso lo banca el Municipio” (entrevistas, Avellaneda, Buenos Aires, julio de 2016).

En suma, se demuestra que la conformación de UMA tiene que ver con la participación política que asumen los músicos de rock, luego de seis décadas de cultura oposicional; y con el importante papel político y público que adquirieron los jóvenes durante el periodo kirchnerista. Los entrevistados afirmaron que, a nivel nacional, el kirchnerismo garantizó condiciones a los músicos a través de la Ley Nacional de la Música y la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual, y a nivel municipal brinda oportunidades a los artistas al organizar eventos y suministrar los recursos y espacios municipales necesarios, lo cual se traduce en las fechas en el Teatro Roma, en parques, peñas y espacios públicos.

Músicos organizados y su articulación con el Municipio

UMA tiene como objetivo defender, fomentar y mejorar la música en vivo, ya que como explican sus integrantes, “después de Cromañón se rompieron todos los paradigmas” (La Ciudad, 2014). Así nació: “Con el objetivo de encontrar un canal de expresión y promoción artística más allá de lo que dictamina el mercado discográfico” (ibídem). De este modo, con el fin de desarrollar una política cultural pensada para y por los músicos, la organización de artistas se articula con el Municipio de Avellaneda, que realiza programas a través de sus órganos institucionales —la Radio Municipal, el estudio de grabación, el Teatro Municipal y los espacios públicos y clubes de barrio.

A su vez, los músicos organizados inciden en la toma de decisiones y participan de esos programas, en este sentido refieren: “Los eventos los organiza la UMA y la Municipalidad gestiona las herramientas” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, agosto de 2017). Al interior de UMA se decide colectivamente qué bandas enviar para que toquen en los eventos municipales: “antes de la UMA había actividad musical, pero tocaba cualquier banda, porque no había una organización de músicos que te sugiera la banda más apropiada” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, julio de 2016). Es relevante el planteo de Provéndola (2015: 182) de que el rock recién fue reconocido y defendido por el Estado durante el kirchnerismo, cuando “el Estado irrumpe como actor del mercado —cultural y comercial— organizando shows, giras y hasta concursos para nuevos artistas”; antes de eso, “no gozaba del respaldo de políticas culturales públicas” (ídem: 180), y sólo era usado en shows de campañas políticas para acercarse al electorado joven.

En conjunto, UMA y Municipalidad organizan y realizan fechas en espacios públicos —como plazas y parques—, clubes de barrios
—“Gira Rock en tu Club”, “Carnaval Rock”— y en el Teatro Municipal Roma[12]—sede del ciclo “Puro RockandRoll”, donde artistas locales comparten escenario con figuras consagradas del rock nacional—. A lo dicho se le suma el circuito “Área X”, donde los fines de semana se realizan festivales de música; y los concursos municipales de bandas como el “Arde Rock” que, según el presidente de UMA, “fue una idea más del intendente, que siempre está un paso adelante, siendo ésta la mejor manera de incluir a los músicos del rock” (laCiudad, 2015 b). El Municipio, a través de un trabajo conjunto con UMA, también ofrece el estudio de grabación público “Juan Domingo Perón” para que los músicos de Avellaneda puedan grabar sus discos gratuitamente. Este programa es muy valorado por los artistas locales ya que, tal como González (2013) expuso, el estudio de grabación es un espacio productivo y creativo privilegiado para la música popular.

Según un músico, el intendente al proponer la creación del estudio tuvo en cuenta “la cantidad de habitantes en la Ciudad que practicaban la actividad musical” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, mayo de 2017). En la inauguración del estudio, el presidente de UMA expresó: “Antes, grabar un CD en una sala de ensayo costaba $30 mil pesos. Hoy, gracias a esta medida, será gratis para bandas locales” (Agencia El Vigía, 2015a). Por su parte, el intendente destacó la importancia de darle esta oportunidad a los artistas, y expresó: “Desde este estudio debemos sentir y trasmitir todo aquello que estaba dentro de la famosa frase de Perón, cuando dijo: ‘Me llevo la más maravillosa música, que es la voz del pueblo argentino’”. El planteo de que la militancia juvenil kirhnerista apela a la militancia peronista juvenil de los años setenta (Vázquez y Vommaro, 2012; Svampa, 2011) es pertinente para ver el simbolismo que se toma del peronismo en este caso.

Además, los músicos de Avellaneda cuentan con “UMA en EL AIRE”, programa de radio municipal que informa sobre las actividades de la ONG y difunde a las bandas de la Ciudad; sobre este punto, y según un artículo periodístico, “El intendente hizo hincapié en lo dificultoso que es para una banda que recién comienza difundir su música a los medios. Por eso, relató que la grabación del CD que realicen las bandas de rock se difundirá en ‘Radio A, la radio de la Comuna de Avellaneda’” (Agencia El Vigía, 2015 a). En este aspecto, ser difundido por la radio es un medio para vender discos, en términos de Martel: “Para que un artista despegue y se haga famoso, la radio sigue siendo el medio más eficaz” (2012: 132). En cambio, según Frith (2006), la difusión en televisión es más importante, ya que sus audiencias son mayores que las de la radio y ejerce un mayor impacto sobre la audiencia. Tal como se vio, tanto la difusión en radio como en televisión se contemplan en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

En relación con la promoción de la actividad musical, UMA “Promueve los shows en vivo y acompaña con la difusión de los mismos, difunde el material de bandas de la Ciudad a través de su programa radial los días viernes en la Radio Municipal, con difusión y presentación en vivo de las bandas y aporta a la grabación del material” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, mayo de 2017). En este sentido, los músicos conciben que los shows en vivo, la grabación y la difusión deben funcionar articuladamente en pos de mejorar la actividad musical. En esta línea, las actividades realizadas entre UMA y Municipio de Avellaneda demuestran que hay un trabajo conjunto cuya finalidad es la promoción de la música. Desde el Municipio se informa la intención de “seguir apoyando a los artistas de nuestra Ciudad y fomentar la producción cultural de las bandas de Avellaneda” (laCiudad, 2013). A través de las políticas culturales mencionadas, se observa como los músicos organizados actúan políticamente y obtienen beneficios.

El rock nacional históricamente se rebeló, se opuso a la autoridad, tomó como enemigo al poder político (Garriga Zucal y Salerno, 2008), sin embargo, durante las gestiones kirchneristas —nacionales y/o municipales—, los jóvenes músicos de rock pasaron a articularse con el Estado. Estos jóvenes volvieron a participar en política, adquirieron un papel político y público, y se implicaron en acciones colectivas con el objetivo de impactar en la realidad social, por ejemplo, a través de la incidencia en la elaboración de la Ley Nacional de la Música —a nivel nacional— o de la participación en agrupaciones como UMA —a nivel municipal—. Desde entonces, los jóvenes músicos se organizan, abren canales de diálogo con el Estado, se articulan con él e inciden en la elaboración de proyectos, a su vez se adhieren a las políticas que contemplan sus intereses, cuestiones antes impensadas. En este sentido, la política cultural del kirchnerismo le da un lugar a los músicos al brindarles un espacio en la toma de decisiones y al escuchar sus reivindicaciones.

Políticas culturales de promoción de la música

El planteo de Nivon (2006: 21) de que no todo fenómeno cultural debe ser objeto de política pública “sino sólo aquellas prácticas socialmente organizadas que para ejercerse requieran protección, fomento, salvaguardia o reglamentación” es pertinente para fundamentar que el músico independiente necesita protección, ya que sus posibilidades de difusión, grabación y actividad en vivo son escasas y precarias. Desde este punto de vista, se propone pensar la intervención del Estado sobre la actividad musical y también su vinculación con organizaciones de músicos. García Canclini (1987: 26) entiende por políticas culturales “el conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y los grupos comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales de la población, y obtener consenso para un tipo de orden o de transformación social”. Según este planteo, se puede ver que UMA y Municipalidad articulan e intervienen en el entramado de construcción, elaboración y desarrollo de políticas culturales con el objetivo de fomentar la música en vivo en el Partido de Avellaneda.

Ciertamente, la presencia del Estado en la cultura se observa en el caso de la Municipalidad de Avellaneda con su objetivo de promover la producción cultural, es así que el interés de la gestión está en darle lugares de calidad al rock, a través de políticas públicas que garanticen al artista tocar en vivo sin tener que pagar. En este sentido, la Municipalidad brinda las herramientas, posibilidades y los lugares para que los músicos locales toquen, graben, ensayen, sean difundidos y se vinculen con figuras de amplia trayectoria en el rock nacional, de manera regular. Lo aquí mencionado, contribuye a fomentar la actividad musical, generar circuitos de música en vivo y crear espacios de interacción y cooperación donde músicos de diversas trayectorias —desde los consagrados hasta los emergentes— compartan experiencias, conocimientos y escenarios.

Para Yúdice (1993), en la mayoría de los países latinoamericanos el Estado se implica en la conducción de lo cultural. Yúdice (2008) concibe la cultura como recurso —en su faceta de utilidad— puesto que contribuye a resolver problemas sociales, mejorar la calidad de vida y reducir el desempleo. Es así que la intervención estatal en cultura es central para contribuir a mejorar la situación de los músicos independientes de rock. De este modo, se puede decir que la política cultural toma en cuenta la situación desigual que sufren los artistas generada por la falta de lugares destinados a los músicos independientes. En este sentido, el objetivo de los programas municipales es brindarle a la comunidad espectáculos en vivo, gratuitos y/o accesibles; y a su vez, ofrecerle a los músicos y/o bandas locales lugares para tocar. Los programas municipales realizados en Avellaneda reconocen el derecho cultural (Bayardo García, 2008) que tendrían los ciudadanos de participar en la vida cultural de la comunidad; es así que los músicos gozan de sus recitales en vivo y los espectadores de las creaciones artísticas de éstos de forma libre y gratuita. En consecuencia, la producción musical independiente es una fuente de oportunidades de participación para la comunidad local del Partido de Avellaneda.

Se observa así que se realizan políticas culturales desde el Municipio —éste provee la logística y los recursos necesarios—, y que también hay un espacio abierto de diálogo con la organización de músicos, en definitiva son ellos quienes, organizados, demandan políticas según las necesidades de los músicos del Partido de Avellaneda y son ellos mismos escuchados por la institución municipal. En tal sentido, un artista expresó que UMA “tiene contacto directo con la Municipalidad […] somos escuchados en nuestras problemáticas y en nuestras propuestas” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, mayo de 2017). Durante las entrevistas realizadas a músicos integrantes de la organización, se vislumbró que son ellos quienes reunidos elaboran proyectos, los presentan al Municipio y, una vez aceptado por la gestión, lo llevan a cabo: “Nosotros hicimos con UMA “Carnaval Rock”, presentamos el proyecto y lo llevamos adelante, porque contamos con el apoyo de la gestión. La actividad creció mucho porque había un intendente con el apoyo de Nación[13]” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, julio de 2006).

Los músicos de UMA se juntan los días miércoles en La Fondita, bar ubicado frente a la Universidad Nacional de Avellaneda[14] y a una cuadra de la sede central de la Agrupación Eva Perón.[15] Allí comparten experiencias, manifiestan sus preocupaciones, toman decisiones con el fin de mejorar la actividad musical en Avellaneda, organizan actividades y ponen fechas en articulación con el Municipio, elaboran proyectos y realizan aportes para la difusión y formación de los músicos. Un integrante expresó: “En la Fondita nos reunimos los socios, llevamos adelante las reuniones sobre la actualidad de UMA, las actividades desarrolladas y nuevos proyectos”, y otro añadió que “se organizan charlas debate con el Inamu”, “se interactúa con otras organizaciones en intercambio de bandas, de problemáticas o de jornadas de charlas y disertaciones” (entrevistas, Avellaneda, Buenos Aires, mayo de 2017).

Dentro de UMA se conformaron diversas comisiones para que sus integrantes estén abocados a una tarea específica; cada una, en las reuniones generales, plantea los avances para que la totalidad de la organización evalúe y apruebe por consenso los pasos a seguir. UMA brinda a sus miembros asociados —que pagan una cuota mensual de 30 pesos—[16] ciertos beneficios económicos, a través de convenios que firma con organismos y empresas, así los socios acceden a descuentos en instrumentos musicales, salas de ensayo y estudios de grabación, Además, asesora a los músicos emergentes quienes en las reuniones comparten charlas y experiencias con colegas más experimentados.[17]

El intendente suele reunirse con los integrantes de UMA a quienes le brinda “el apoyo de la gestión” (Agencia El Vigía, 2015b); en esas reuniones se compromete a garantizar espacios para el rock: “el rock también es cultura y en Avellaneda tiene que tener su lugar” (ibídem). A su vez, cuando inaugura programas ligados con la actividad musical, lo hace “Junto a centenares de rockeros” (laCiudad, 2015b) que se movilizan para asistir; y se dirige a ellos: “Cuenten conmigo para todo lo que necesiten para triunfar en la música, yo como funcionario les doy todas las posibilidades, pongo la parte que me toca” (ibídem). Los músicos de la Unión agradecen y elogian las políticas culturales que encara el Municipio y la labor del intendente: “Tenemos que estar orgullosos de tener un intendente inclusivo, que apoya la movida del rock” (Agencia El Vigía, 2015b), “Hoy nos sentimos contenidos por un Estado que siempre está presente” (Agencia Suburbana, 2015). Este proceso muestra que los músicos organizados, en vínculo directo con el Municipio, toman las decisiones que afectan a su actividad musical y participan en los procesos de elaboración de las políticas culturales, con el objetivo de fomentar la actividad musical nacional e independiente.

El compromiso político según los músicos de UMA

Dada la ubicación geográfica de La Fondita, se vislumbra que la cercanía entre UMA y el Frente para la Victoria no es sólo de índole política sino que también geográfica, cuestión que facilita el contacto de sus miembros con la militancia. Según informaron algunos de sus integrantes, la Unión de Músicos forma parte de la columna de la Agrupación Eva Perón: “En UMA tenemos integrantes que son militantes y que participan en actos y se identifican como organización que apoya al Frente para la Victoria de Avellaneda con referencia al intendente” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, febrero de 2017).

Los miembros de UMA dijeron que participan activamente en actos políticos kirchneristas por las oportunidades artísticas que la gestión ofrece. En este sentido, expresaron: “hay una militancia, se va a los actos políticos del Municipio y del Frente para la Victoria […] apoyamos y valoramos al Municipio porque nos brinda las herramientas, los lugares para tocar y hacer música” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, marzo de 2017). “Es una gestión que le abrió puertas al arte y a la música en Avellaneda, nos dejó armar una organización en base al músico, nos abrió espacios” (entrevista Avellaneda, Buenos Aires, marzo de 2017); “La Municipalidad nos brindó espacios públicos libres para desarrollar la actividad musical, la cual con el cambio de gobierno provincial y nacional en 2015, el intendente siguió sosteniéndola” (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, mayo de 2017), expresaron diferentes artistas.

Los músicos de UMA opinan que ser miembros del colectivo supone un compromiso político y consideran su participación en términos de militancia. Refieren que la intervención en la organización implica una militancia que va más allá del mero hecho de tocar en vivo y que tiene que ver con la lucha por los derechos de los músicos, que ellos asumen en tanto organización/colectivo. En este aspecto, los artistas reivindican la Ley Nacional de la Música y el Instituto que creó:

La militancia político cultural entendemos que es mucho más que conseguir un escenario para tocar, UMA pertenece a FA-MI, federación que agrupa a las organizaciones musicales del país, alineadas en la Ley Nacional de la Música, que lleva como estandarte la lucha por los derechos de los músicos, el incentivo a que los músicos conozcan todo lo relacionado con la actividad a través de manuales,[18] donde se maneja la información sobre lo legal, lo técnico, lo musical y sobre situaciones de riesgo. De esa manera nos encontramos en una verdadera militancia que supera el hecho de un escenario (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, mayo de 2017).

Los músicos de UMA dicen participar en experiencias organizativas que son políticas:

Cada miércoles en cada reunión de la organización participamos en una experiencia política, allí nos contamos las novedades que hay. A su vez, participamos en actos políticos, por ejemplo cuando se vetó la Ley de Medios en el Congreso, o cuando se inauguró el mural de las Madres de Plaza de Mayo en la calle Mujeres Argentinas. Todos los 24 de marzo estamos presentes en la Plaza de Mayo. Estuvimos también en la inauguración del CMA [Centro Municipal de Arte de Avellaneda] y en la reestructuración del Teatro Roma. También participamos en las movilizaciones para acompañar y respaldar a Cristina Fernández en los Tribunales de Comodoro Py (entrevista, Avellaneda, Buenos Aires, junio de 2017).

En el fragmento de entrevista anterior se observa la consolidada militancia kirchnerista con capacidad de movilizarse en defensa del gobierno popular de la que hablan Pérez y Natalucci (2012). En la misma línea, en una nota periodística el vicepresidente de UMA expresó: “Si en algún momento cambia el poder político y quiere echar por tierra todo lo consagrado por la Ley de la Música, nosotros seremos una barricada para defenderla” (La Ciudad, 2014).

Pérez y Natalucci (2012: 11) plantearon la asunción de Néstor Kirchner como un hito que permitió la emergencia de un espacio militante kirchnerista que “ha incorporado a nuevas generaciones a la política a partir de la recuperación de una mística militante de compromiso político”, con base en acontecimientos que promovieron la participación política, la militancia kirchnerista y el reclutamiento. Se puede decir que el acontecimiento que más promovió la participación política de los músicos fue el tratamiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y de la Ley Nacional de la Música, ya que ambas leyes incorporan las reivindicaciones de los músicos argentinos y respaldan a las uniones de éstos, lo cual impacta en la actividad musical. A su vez, tales leyes permiten apreciar el impulso que, desde entonces, el kirchnerismo le da a la música nacional e independiente a través de políticas estatales.

En cuanto a la convocatoria de UMA para los actos políticos, los músicos explicaron que se hace durante las reuniones de los días miércoles, pero también mediante el Facebook de la organización o vía Whatsapp. Refirieron, además, que las transmitidas por redes sociales son las que llegan a mayor cantidad de músicos. En este punto es relevante mencionar a Svampa (2011: 29), para quien, luego de la muerte de Néstor Kirchner, se dio la incorporación de la juventud y la militancia misma que se caracterizó por “un activismo virtual antes que territorial, desde blogs, Twitter y otras redes sociales”.

Además, según Vázquez y Vommaro (2012), la incidencia de las nuevas formas y tecnologías de la comunicación y la información, en especial las redes sociales, son un factor generacional relevante para comprender el creciente protagonismo de los jóvenes en política y la constitución y consolidación de la militancia en organizaciones juveniles kirchneristas. En esta línea, Peirone (2012: 14) analiza la emergencia de un nuevo actor generacional. Para el autor, los jóvenes que emergen a la vida colectiva valoran positivamente la política, “esa acción colaborativa los encuentra trabajando, renovando debates en blogs personales y agitando causas en sitios colectivos o de instituciones alternativas, contribuyendo en foros a la edificación de proyectos e iniciativas para intervenir en el proceso de toma de decisiones del Estado o de grandes empresas”.

Por lo dicho, se observa que los jóvenes músicos de UMA tuvieron un acercamiento político, tras la muerte de Néstor Kirchner, con la Municipalidad. Desde la gestión municipal se apoya lo cultural y en particular a UMA, cuestión que se explica por la activa política cultural que caracteriza al Frente para la Victoria; en este sentido, los artistas reivindican políticas nacionales como la Ley Nacional de la Música y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Se puede decir que el kirchnerismo ganó terreno como espacio identitario para los jóvenes músicos de rock de UMA, dado que los entrevistados expresaron sentirse identificados con dichos gobiernos, y apoyan sus medidas además de participar en diferentes actividades políticas —algunos hasta se autodenominaron militantes.

Para terminar, es relevante destacar que el acercamiento entre los músicos de rock y el kirchnerismo, que los artistas expresaron, debe pensarse mediante nuevos parámetros, donde la juventud se implica en acciones colectivas, políticas, con el fin de impactar en la realidad social. El kirchnerismo logró “un notable y consistente apoyo en la franja etaria que va de los 25 a los 35 años, mostrando que la distanciación con el menemismo ha implicado una repolitización de los jóvenes disgustados con la política en años anteriores” (Dipaola, 2012: 49). Antes de 2003, el campo subcultural del rock fue un refugio para los jóvenes excluidos socialmente y alejados de los canales de participación política, a ellos el rock les brindó una identidad, un sentido de pertenencia. A diferencia de aquella época, con el transcurso de las gestiones kirchneristas, los jóvenes volvieron a participar y militar políticamente, por ejemplo, a través de agrupaciones o formas de acción colectiva, como UMA, que tiene un sentido ampliamente político.

Palabras finales

A través de este trabajo, se vislumbraron prácticas que tienen que ver con experiencias organizativas, con formas de acción colectiva y con el compromiso político militante que asumen los jóvenes músicos independientes de rock de UMA. Estos músicos organizados, mediante el vínculo directo y el diálogo con el Municipio, trabajan en pos de fomentar y promover la música en vivo; y esa articulación es afín con el compromiso político que ellos mismos asumen. A su vez, se pudo visualizar como la política cultural del kirchnerismo brinda a los músicos un espacio en la toma de decisiones.

El acceso a la difusión es central, por ejemplo para bandas o artistas independientes a quienes les cuesta sobremanera darse a conocer, realizar shows, participar de circuitos estables de música en vivo y grabar discos. En este aspecto, la difusión en radio y televisión —que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual asegura—; así como el hecho de que los músicos no paguen para tocar —que la Ley Nacional de la Música propone—; y los programas que la Municipalidad junto a UMA implementan, vienen a dar posibilidades a los músicos y bandas independientes de Avellaneda afectadas por la clausura de locales, boliches y clubes, que aconteció luego de “Cromañón”. Se observa así como el kirchnerismo retoma las demandas de los jóvenes músicos independientes y las hace política cultural.

De este modo, los miembros de UMA dicen identificarse y apoyar a las gestiones kirchneristas —y al Frente para la Victoria, en general—, por sus activas políticas culturales que los atraviesan y benefician en tanto jóvenes músicos, a saber: las oportunidades, los lugares, los recursos y los programas de difusión, grabación y música en vivo que brinda. En este sentido, estos jóvenes artistas de rock pasaron a articularse con el Municipio y a asumir un compromiso político militante. Pero el apoyo e identificación no es sólo por las políticas culturales que para ellos encaran las gestiones kirchneristas —tanto nacionales como municipales—, sino que también se debe a la centralidad que asumen las políticas de inclusión social, de derechos humanos, en materia de educación pública y focalizadas en la población juvenil. Estas políticas son afines con las demandas reivindicadas históricamente por diferentes músicos de rock nacional.

Los músicos entrevistados, en tanto participan en el colectivo de artistas, asumen un compromiso político militante, es decir, para estos músicos el mero hecho de participar en una experiencia organizativa como es UMA implica asumir una práctica política. Lo dicho se evidencia en la participación política y en las experiencias de militancia que encarnan. Las formas de compromiso que asumen estos/as artistas van desde la participación en actividades organizadas por la gestión municipal hasta la participación en actos políticos kirchneristas más amplios a nivel local y/o nacional. Dicha cuestión rompe con lógicas anteriores donde los músicos de rock repudiaban la política y se apartaban de sus formas tradicionales de implicación.

Queda pendiente indagar profundamente sobre los reposicionamientos que desde 2015 atraviesan los músicos de UMA luego del nuevo gobierno a nivel nacional y provincial —representado por Mauricio Macri y el Frente Cambiemos.

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Notas

* Licenciada en Sociología y profesora de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial en Sociología —Universidad de Buenos Aires—. Magister de la Universidad de Buenos Aires en Maestría en Comunicación y Cultura. Alumna regular del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Becaria doctoral Conicet/Undav —Departamento de Humanidades y Artes; Universidad Nacional de Avellaneda—. Temas de investigación: Sociología de la cultura. Rock, juventudes y participación política.

Correo e.: noblecaballera_vale@hotmail.com

Fecha de recepción: 30 10 17; 2a. versión: 22 02 18; Fecha de aceptación: 03 05 18.

1 En este artículo se usan como sinónimo las palabras underground, independiente y emergentes.

2 El Frente para la Victoria —FpV— es una coalición política argentina de orientación kirchnerista fundada en 2003 para sostener la candidatura presidencial de Néstor Kirchner. En 2007 y 2011 sostuvo la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. FpV se caracteriza por tener una política cultural activa, y fue un bastión militante central en los gobiernos de Cristina Fernández, en particular desde 2011.

3 Inamu busca espacios para tocar —a través de circuitos de música en vivo— y trabaja en pos de establecer normas de negociación con los empresarios de locales con el fin de mejorar las condiciones en las que los artistas realizan su actividad, atendiendo el rol profesional de éstos.

4 Este trabajo es deudor del Proyecto UNDAVCyT (2015-2016), “Las industrias culturales en el conurbano bonaerense. Una exploración de la producción musical independiente en el Partido de Avellaneda”, en el marco del cual, durante el año 2015, se realizaron encuestas a 161 músicos inscriptos en el concurso municipal “Arde Rock III”, y durante el año 2016 se realizaron entrevistas aleatorias a 25 de esos músicos.

5 Las cuales abarcan el gobierno de Néstor Kirchner, 2003-2007, y de Cristina Fernández de Kirchner, 2007-2011 y 2011-2015. El kirchnerismo es un movimiento político de orientación peronista, fundado en el año 2003, bajo la coalición política Frente para la Victoria. Diferentes procesos evidencian sus mutaciones durante sus doce años en el poder: la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual, el conflicto con el campo, el segundo gobierno de Cristina Fernández, etcétera.

6 Incendio ocurrido en la discoteca República Cromañón donde murieron 194 jóvenes durante el recital de la banda de rock Callejeros, 30 de diciembre de 2004 en la Cuidad Autónoma de Buenos Aires.

7 Aquí se retoman cuestiones sobre la situación de dominación y explotación que sufren los músicos de rock —pertenecientes al “under”— a la hora de realizar shows en vivo, por la relación asimétrica que mantienen con los responsables de los locales, abordadas en Saponara Spinetta, 2013.

8 UMI es un colectivo de trabajo de músicos autogestionados que funciona desde el año 2001 como Asociación Civil sin fines de lucro, su objetivo principal es fortalecer los mecanismos de autogestión en la música y mejorar las condiciones en las que se realiza la actividad musical.

9 Desde entonces, a través de redes sociales, entrevistas radiales y de medios gráficos, e incluso, durante recitales, músicos de rock como Andrés Calamaro, Carlos “Indio” Solari, Andrés Ciro Martínez, Manuel Moreti, entre otros, manifestaron su apoyo y adhesión hacia el kirchnerismo.

10 “Músicos con Cristina” se presenta como un grupo de artistas reunidos para apoyar y defender el proyecto iniciado en 2003 con la conducción del ex presidente Néstor Kirchner y de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La agrupación nació el 27 de octubre de 2010, día en que falleció Néstor Kirchner, con el objetivo de defender el modelo conducido por Cristina Fernández de “Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política”. Leo García, Gustavo Santaolalla, Fabiana Cantilo, Hilda Lizarazu, Manuel Moretti, Isabel de Sebastián, Federico Gil Solá, Mavi Díaz, Fenna Della Maggiora, Teresa Parodi, Litto Nebbia, Peteco Carabajal, Víctor Heredia, Lito Vitale, Diego Frenkel, Rodolfo García, Conejo Jolivet, Celsa Mel Gowland y Diego Boris, son algunos de los músicos que integran la agrupación.

11 Gobierno Nacional iniciado en 2015, representado por Mauricio Macri y el Frente Cambiemos. El partido político había sido reconocido legalmente en 2005 con el nombre de Compromiso para el Cambio, y cambió su nombre a Propuesta Republicana (PRO) en 2008. En 2015 se unió a la Unión Cívica Radical y a la Coalición Cívica ARI, formando el Frente Cambiemos. Es de destacar que el 22 de diciembre de 2015, a través del decreto 236/2015, Mauricio Macri dispuso la intervención de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA).

12 Teatro inaugurado en 1904, considerado uno de los tres templos de la música lírica junto con el Teatro Colón de Buenos Aires y el Argentino de La Plata. Fue restaurado a nuevo en 2015 por la gestión municipal. Es interesante remarcar que la incorporación del rock a su agenda cultural demuestra el interés de la gestión municipal por darle al género un lugar que antes le estaba vedado. Se observa como la cultura oficial fomenta y reivindica el rock a través de políticas públicas, ofreciéndoles a músicos y bandas locales la posibilidad de tocar en un Teatro de gran prestigio.

13 En referencia al apoyo brindado por el Gobierno Nacional de Cristina Fernández de Kirchner.

14 Universidad Pública creada en 2009, por Ley N°26.543.

15 Agrupación política peronista de la Ciudad de Avellaneda que se presenta como heredera y continuadora del peronismo revolucionario. La Agrupación y su militancia se dirigen a profundizar el Proyecto Nacional y Popular iniciado en 2003 —conducido por Néstor Kirchner y Cristina Fernández—, y a la construcción de la Patria Grande, Libre, Justa y Soberana, anhelada por Eva Perón. Desde la Agrupación se presenta a Avellaneda como “Cuna de la Resistencia Peronista”.

16 Lo que monetariamente viene a ser proporcional a menos de la mitad del valor de un paquete de cigarrillos.

17 Además, UMA cuenta con una Comisión Directiva conformada por Presidente, Vicepresidente, Secretario, Tesorero, Vocales y Revisores de Cuentas.

18 Refiere a los Manuales de Formación para el Músico que publica y distribuye de forma gratuita Inamu, con el objetivo de realizar aportes para la formación integral del músico.